El gran clásico alemán Goethe estaba fascinado por la ciencia. El juego de las nubes -editado por primera vez en España- reúne sus estudios de campo y dibujos realizados entre 1820 y 1825. El libro, ilustrado por Fernando Vicente, se completa con el Ensayo sobre Meteorología
La editorial Nordicalibros publica un libro con bellas ilustraciones luminosas y algunos dibujos del propio Goethe, quien asimismo cultivó el arte de la pintura; viajó a Italia para mejorar su destreza, mas luego de algunos intentos infructuosos decidió que carecía de talento; aunque dejó unas bellas acuarelas de trazos delicados y románticos que lo cuestionan. Lo que Goethe no conseguía plasmar con los pinceles lo expresaba con la palabra como poeta, pero también trataba de comprenderlo como científico al observar la "grandiosa Naturaleza" en todas sus formas y facetas. La mirada del poeta hallaba un complemento idóneo en la del científico. A Goethe, ejemplo de hombre curioso, vital y optimista, le atraía la ciencia, otra de sus grandes pasiones junto al amor y la literatura: nada hubiera deseado más que pasar a la posteridad como un gran científico. Pero su idea de ciencia fue muy particular: consideraba la Naturaleza como un todo animado y el mundo como un organismo vivo que respira y se transforma sin cesar.
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